Carta abierta al emergente movimiento estudiantil de Venezuela
Por Aleksander Boyd
09.06.07 – Recuerdo que hace años, cuando todavía la incipiente democracia venezolana existía, solía mentar madre con regularidad debido a las trancas que se formaban en Caracas por los disturbios estudiantiles. En aquellos tiempos la que es hoy mi esposa estudiaba psicología en la UCV y me agradaba enormemente caerme a chichas en la plaza del rectorado mientras la esperaba, para luego irnos cual tortolitos agarraditos de mano a caminar por ahí. Recuerdo particularmente una vez que iba por mi segundo o tercer vaso de chicha y de pronto salieron de la tierra de nadie unos cuantos estudiantes, quienes, luego de despojarse de sus franelas tapándose la cara con ellas, pararon un camión de pollo, sacaron a empujones al chofer, abrieron la compuerta trasera para que todo el mundo metiera mano y luego le metieron candela. A todas estas otros estaban ya en la entrada que da a Plaza Venezuela tirandole piedras y botellas a los camiones de la PM apostados allí. En aquellos tiempos la PM no gozaba de la reputación heroica que algunos sectores políticos de la oposición quisieron luego otorgarle. En cualquier caso el primer pensamiento que me llego a la mente fue “¿y que culpa tendrá el pobre pendejo este del camión, o el dueño del mismo, que estos estudiantes del coño tengan bronca con el gobierno?”
Debo aclarar que, por desgracia o fortuna, yo nunca fui a la universidad en Venezuela, pues estaba convencido, en aquel entonces, que habida cuenta de la mediocridad imperante en el sistema educativo venezolano hacerlo seria, no solo una absoluta perdida de tiempo, sino que además me convertiría en uno de esos casos típicos de estudiantes que nunca llegan a graduarse por que viven teniendo peos con profesores que anteponen animadversión personal al espíritu pedagógico. No obstante ello no fue impedimento para entablar amistades entrañables con estudiantes universitarios que me contaban sus vivencias. Recuerdo que las discusiones mas enconadas se producían cuando tocábamos el tema de los lideres estudiantiles, que a mi parecer, no eran aptos para tal fin pues la mayoría de ellos, como era el caso, eran individuos mediocres, por no decir deficientes, que empezaban a hacer sus pinitos en la vida política a expensas de la comunidad estudiantil universitaria en general. Así a estos tipos los graduaban a juro y por antigüedad, mas no por merito académico, después de 10 años echando vaina en diferentes cátedras.
Luego apareció Chávez y por un tiempo el movimiento estudiantil, como expresión de la sociedad venezolana en general, entro como en un letargo. Algunos de los líderes de antaño se graduaron de leguleyos oficiales y forman hoy parte del ejército de apólogos descerebrados que celebran por un puñado de monedas y al unísono el delirio fascista del militar golpista. Y entonces me volví a preguntar “¿Dónde estará la nueva generación de formapeos universitarios?” Entiendo que la rumba es parte esencial de la idiosincrasia de todo estudiante que se respete y, siendo el país latino y viviendo un boom petrolero como ha sido el caso, es natural que las prioridades de la nueva clase estudiantil sean las comunes y despreocupadas de toda sociedad que vive momentos de relativo bienestar económico. Es decir el reggaeton, el culito, la playita, las birritas con los panas… La política no figura en la lista. ¿Tomar parte en ella? Eso es para los que no pasaron ni plastilina.
Sin embargo ha habido un cambio. Debe ser que los reales estan escaseando, debe ser que el hampa los tiene a monte o, espero yo, debe ser que los carajos se hastiaron de lo que representa el proyecto hegemónico chavista y decidieron alzar la voz. No creo que el prospecto de perder la Rochela o los culebrones los haya hecho reaccionar. No creo que el futuro incierto de los 3.000 trabajadores de RCTV los haya sacado del letargo. No creo que la ralea que caracteriza la clase política de oposición los haya turbado tanto como para emprender acciones tan osadas como ir a la asamblea a darle una clase de civismo a las ratas que allí pululan y a las que desearian estar alli. No. La esperanza que abrigo es que este adolescente movimiento este basado en sólidos principios democráticos y de libertad. La esperanza que abrigo es que estos nuevos líderes sean el ejemplo de sus respectivas clases, excelentes hijos, alumnos, compañeros y amigos que se preocupan por la desvalida Venezuela, a quienes sobrecoge el cuadro dantesco que Chávez pinta con sangre, y quienes sin chistar defenderán el honor mancillado de nuestra sociedad y restablecerán la dignidad pisoteada por la bota militar.
A todos ellos les digo por experiencia, sin ser mucho mas viejo, que esta guerra será larga, que apertrechen el espíritu para tal fin, que se convenzan que una patria donde pensar y cuestionar son delitos no es sino un cuartel donde solo uno piensa y da ordenes, que para salir victoriosos hay que poner deberes ciudadanos antes de rumbas, que la pelea es peleando y debe pelearse todos los días y no de lunes a jueves de 10 a 4, que se cuiden de la oposición mas que de Chávez y los chavistas –que conste que esto también lo digo por experiencia. Es decir sean libres, tanto física como espiritualmente, creanselo y proyecten esa imagen. Si así lo hicieran ni el mismísimo Chávez podrá con Ustedes, pues como el bien sabe, creer es poder. Nadie puede controlar sus pensamientos, sentimientos y emociones. No le otorguen importancia y relevancia a quien no las merece. Asuman con toda responsabilidad sus compromisos ciudadanos.
Vaya mi más sentida felicitación por este despertar. Solo Ustedes son dueños de sus destinos por tanto actuen en consecuencia. No le fallen a Venezuela, que tanto los necesita en esta hora aciaga. No le fallen a su futuro y mas importante aun, no se fallen a si mismos.
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