Falta de sentido común: el gran problema de Venezuela
Por Aleksander Boyd
Londres 09.03.06 | Escribía el catire Petkoff, a su regreso de Corea del Sur, sobre la imperiosa necesidad de hacer un llamado al sentido de nación de los venezolanos para poder salir del presente atolladero. Indicaba que la emergencia de un líder con visión de futuro y estrategias claras, lo que le falto fue declararse como tal, podría convertir a Venezuela en una Corea del Sur en cuestión de una generación. Como muchos sabrán, Teodoro no es santo de mi devoción. No obstante algunas veces el tipo dice vainas muy ciertas. Este es uno de esos casos en los que depondré mi animadversión al expresar que en cierto modo tiene razón. Por algún tiempo ya he mantenido, que los venezolanos no necesitamos un equipo de eruditos diseñando un plan de nación, políticas económicas, sociales, etc. Lo único que aquellos que ostentan el poder deben hacer es “copy-paste”, es decir botón derecho > cortar > pegar. Ejemplos edificantes y exitosos de cómo convertir en poco tiempo a una nación tercermundista en una desarrollada sobran. En ese sentido no hay nada que inventar. Desde luego que los citados ejemplos no se encuentran ni en las Antillas Mayores ni por los lados del Medio Oriente.
Lo que quisiera agregar a la reflexión de Teodoro es que antes de apelar a nacionalismo o sentido de país, se debe hacer lo propio con el sentido común. Los venezolanos no poseen exclusividad sobre la carencia de este precioso “commodity”. Aquí en Londres abundan los sin-sentido. La diferencia, sin embargo, estriba en que aquí los que gobiernan pareciera que están por encima del average en dicha categoría. Uno de los requisitos sine qua non de la administración de Hugo Chávez, pareciera ser, la absoluta carencia de sentido común. Por adolescencia de sentido común me refiero a cosas tan triviales como el desempeño mediocre de los políticos, medios de comunicación y sociedad civil en Venezuela.
Todo el país sabe que los partidos políticos decidieron abandonar a ultima hora el templete electoral del pasado Diciembre. No obstante muy poca gente, y ningún medio de comunicación, se ha dado a la tarea de hacer un seguimiento al hallazgo de Leopoldo González en la auditoria celebrada en Fila de Mariches en presencia de los observadores internacionales y demás actores. ¿Por qué? Así, vemos a un Jorge Rodríguez, en actitud dizque conciliatoria, declarando con dejes de afectado que el CNE ha hecho hasta lo imposible por extender garantías a los partidos políticos que sus maquinitas no están trampeadas. Pero ni de casualidad vemos a un vocero de Súmate o representante político, saliéndole al paso a tamaña sandez esgrimiendo un argumento tan sencillo como “¿es que el rector Rodríguez no se acuerda de lo que sucedió en Mariches?”
Otro ejemplo, la encuestadora favorita de Hugo Chávez, conocida en predios oficiales y medios internacionales como North American Opinión Research Inc. Fíjense que no fue un nombre chichipato con el que decidieron bautizar esa compañía fantasma: a pesar del vocerío anti-yanqui oficial, no le pusieron Encuestadora Camaguey o Data-Habana o Castro-Chávez y Asociados, no, no, un nombre bien gringo para que los ignorantes que le ríen la comparsa al teniente digan “coño la encuestadora atrincalabola del norte le da una clara ventaja a mi comandante…” Revelé, hace casi un mes, información sobre la inexistencia en los registros mercantiles de los lugares en EEUU que el oficialismo atribuye como sede de la citada encuestadora, así como también los nexos turbios y conflicto de intereses de esa compañía en aquel lugar en donde si esta registrada (Estado de Florida). Los medios oficiales repiten sin cesar que 6 de cada 10 venezolanos votarían por Chávez en diciembre, según resultados de la encuestadora de maletín North American Opinión Research Inc, que dicho sea de paso, es propiedad de unos bichos cuartorepublicanos devenidos en revolucionarios, que andan metidos en varios guisos mil millonarios con el gobierno. Esta información se la envié a los medios; llame al Alo Ciudadano; conocidos escribieron al respecto en medios alternativos, etc. pero como siempre ocurre con este tipo de cosas, los periodistas y editores venezolanos, prefiero creer por falta de sentido común y no por mediocridad, no han considerado pertinente desmentir a Jorge-Matic y los medios oficialistas, y eso que se las puse bien facil.
Concluyo esta reflexión haciendo un llamado al sentido común coño, a la capacidad de cuestionar y al ejercicio del libre albedrío, por cuanto el primer paso para poder filtrar toda la basura político-mediática con que se nos bombardea es aprender a dudar de todo lo que se nos dice, sobre todo si la fuente es chavista. Si yo he podido desmentir, con pruebas, a Hugo Chávez, Jorge Rodríguez, Andrés Izarra, Eva Golinger y otros desgraciados apátridas, imagínense lo que se podría lograr si todos asumiéramos una actitud incrédula para con el oficialismo y nos ocupásemos un tanto de comprobar si lo que se dice tiene asidero en la realidad. La posibilidad de derrumbar el castillo de naipes chavista existe, es tangible, esta ahí, pronta a ser activada. Lo que se requiere es sentido común y ese mismo sentimiento puede conllevar a, como dice el catire, aplicar un copy-paste, hermanarnos y convertirnos en una nación prospera y libre.
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