Sobre el voto del 7-A...
Por Aleksander Boyd
Londres 05.08.05 | Muchas tesis se han presentado sobre el voto de este domingo. Hablare de las más notorias y populares. Unos, esgrimiendo el predicamento de la abstención, dicen que votar es perder el tiempo habida cuenta de la naturaleza comprobadamente tramposa del CNE. Esta aprensión viene reforzada por los reportes e investigaciones de Súmate y Tulio Álvarez con respecto a las numerosas violaciones a las leyes cometidas por el siquiatra desequilibrado y el resto de los leguleyos electorales. Otros argumentan que hay que defender espacios, que no hay que ceder.
Ambas posturas son, en su desnudez, incongruentes. Sin embargo si estas vienen acompañadas del ejercicio del deber que todo ciudadano, que se precie de democrático tiene para con la sociedad, cobran validez. Me explico. Los abstencionistas creen fútil ir a votar por tal o cual candidato inamovibles en la convicción que es el CNE, y no el resultado del voto, quien decidirá la elección. No argumentare ni en favor ni en contra, no por ello dejare de mencionar que Olga K propuso en días pasados una estrategia perfectamente viable y legal para hacerle la vida de cuadros al CNE que se puede resumir de la siguiente forma: jode al CNE, vota nulo. La abstención no hará que los candidatos chavistas dejen de ganar.
Los que abogan por la defensa de los espacios tienen sus razones, pero ellos han de lidiar con un CNE al servicio del régimen. A los que apoyan esa postura y están decididos a votar les digo; háganlo pero bien. Es decir, la ley orgánica del sufragio y participación política todavía estipula que el conteo de los votos será de carácter publico (articulo 169). Así, aquellos que están dispuestos a defender sus parcelas votando deben estar igualmente dispuestos a defender el voto, pues de nada sirve ir a votar para luego abandonar el voto a la suerte chavista. Los resteados que se queden en los centros de votación y exijan, ley en mano y donde quiera que se encuentren, presenciar el acto de escrutinio. Asegúrense de dejar el culillo en casa ese día.
Concluyo criticando la irresponsable e inmadura postura de algunos con la cháchara aquella de la desconfianza en los partidos de oposición. No se trata de hacerle el juego a los parásitos que hacen vida en nuestra política sino de frenar el avance del régimen castro-chavista. La única arma democrática para tal efecto es el voto, no se la sirvan pues en bandeja de plata al enemigo.
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