El enemigo de la humanidad
Por Gustavo Lazzari | Fundación Atlas 1853
18.07.05 | En el programa Hora Clave de Mariano Grondona emitido el Domingo 10 de Julio, se realizó un sondeo telefónico en el cual se preguntaba ¿Cuál es el peor enemigo de la Humanidad... el Terrorismo o el Capitalismo?
Seguramente puede cuestionarse la rigurosidad de la pregunta. Sin embargo el resultado de la compulsa es mas que preocupante. Según los argentinos que llamaron y respondieron esa encuesta el 62% considera que el principal enemigo de la humanidad es el capitalismo en tanto que sólo el 38% de votó por el terrorismo como la mayor amenaza.
Es digno de estudiar ¿qué nos pasa a los argentinos?.
Mas allá que la encuesta sea o no cuestionable desde lo técnico, el resultado no difiere mucho de la realidad . Según una encuesta de Gallup, la Argentina es el país donde los Estados Unidos tienen peor imagen. La globalización no gana adeptos y el comercio es visto como una amenaza.
De hecho, muchos personajes públicos, periodistas y formadores de opinión se alegraron públicamente cuando fue el atentado a las Torres Gemelas el 11 de Septiembre del 2001. Algunos de ellos, como Hebe de Bonafini, tiene acceso directo al Presidente de la Nación y es invitada infaltable en actos oficiales y viajes presidenciales. Incluso luego de desear y celebrar la muerte de Juan Pablo II en forma pública.
A la hora de explicar los atentados de las Torres Gemelas, Atocha y el reciente de Londres, muchos periodistas y analistas del “tercer mundo” desempolvan (con inocultable sonrisa) la teoría del “por algo será”.
En los estadios de fútbol se ven banderas de Irak (con los colores de los equipos), de Corea del Norte y svásticas nazis. Incluso la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tuvo que emitir una resolución para castigar con el descuento de puntos la aparición de svásticas nazis en las tribunas. En las fiestas de casamiento pululan las máscaras de Bin Laden y Sadam Hussein. Muchos se tatúan la imagen del Che Guevara como un signo “fashion” de una revolución tan desconocida como fracasada. En la TV oficial se emiten programas especiales resaltando las virtudes del Sandinismo en Nicaragua, de la dictadura Bolivariana y del Castrismo.
Los argentinos decimos que amamos la democracia y la libertad sin embargo nuestros ídolos populares son el Che Guevara, Bin Laden, Fidel Castro y el Coronel Chávez y su loro.
La encuesta de Mariano Grondona debe tomarse con seria preocupación. Si nos dieran a optar entre Bin Laden y Bill Gates, sin duda los argentinos elegiríamos por el terrorista antes que por el empresario.
El éxito en la Argentina está mal visto. El esfuerzo individual es motivo de burla y descrédito. Los ahorros suelen ser confiscados y las propiedades usurpadas. La palabra comerciante se utiliza como un insulto y muchos sueñan con un “mundo sin dinero”.
Nuestro país tiene ejemplos históricos de auténticos héroes capitalistas. Héroes creadores de riqueza, trabajo y oportunidades. Debemos refrescar y reelaborar nuestra categoría de ídolos. Es necesario desempolvar la historia y buscar los buenos ejemplos de emprendedores privados, creadores de riqueza que no dependieron del estado y que se la jugaron en un ambiente hostil.
Para la Argentina es imprescindible respetar a los creadores de riqueza del pasado y admirar y felicitar a los del presente. Desde Luis Piedra Buena, Federico Lacroze, Federico Braun, Juan Manuel Fangio, Goar Mestre, Robert Bagley, Eduardo Bradley, Jorge Newbery, Juan Fugl, Alberto Gainza Paz, Guillermo Kraft, Jacobo Peuser, Pedro Piccardo, John Parish Robertson, Jorge Temperley, Carlos Thays, William Wheelwright, entre otros muchísimos hasta los actuales, Marcelo Tinelli, Adrian Suar, Nito Artaza, Cris Morena, Grobopatel, entre otros menos conocidos.
Los capitalistas son personas que crean riqueza. El terrorismo son cobardes que asesinan y destruyen.
En la Argentina los atentados se festejan y las inversiones se espantan. Nuestra frustración resultante, es canalizada celebrando los asesinatos que los terroristas desconocidos hacen en lugares que envidiamos. El culto a la envidia está instalado en la sociedad argentina y ahora fogoneado desde el gobierno.
La Fundación Atlas 1853 defiende los valores de libertad, tolerancia, iniciativa individual, seguridad jurídica y paz. Esos valores permiten que personas privadas se conviertan en emprendedores y hacedores. Los países crecen gracias a esos valores. Hoy estamos perdiendo el debate por goleada. Pero el partido sigue y merece nuestro mayor esfuerzo.
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