Eva Golinger o como pasar del oscurantismo al olimpo revolucionario
Por Aleksander Boyd
Londres 02.04.05 | En el segundo semestre del 2003 Eva Golinger andaba dizque asesorando legalmente a la Oficina de Información de Venezuela (en lo sucesivo VIO) en Washington y por ello fue remunerada. Aparentemente una de las primeras funciones encomendadas al entonces encargado de prensa de la embajada de Venezuela en esa ciudad, sujeto harto conocido por todos -Andrés Izarra- fue precisamente la creación de una oficina de propaganda encargada de contrarrestar opiniones desfavorables al régimen de Hugo Chávez. Un reportaje del periodista Orlando Ochoa Terán me impulso a comenzar una cruzada investigativa sobre las actividades de Eva Golinger, quien habia negado en cuanta oportunidad publica disponible su relacion con el gobierno, a traves de la VIO y Andres Izarra. La naturaleza de la asesoría legal esta aun por verse, no obstante en ese momento Golinger no estaba colegiada como abogada en las asociaciones o colegios de abogados del estado de Washington o aquel de Nueva York. Asi las cosas publique un articulo al respecto el cual causo una reaccion inesperada; Golinger me acuso de difamación y amenazo con demandarme. Ante tal respuesta pense en lo insostenible de la posición de Golinger, ya que hubiera sido facil demostrar en una corte la veracidad de los alegatos hechos por mi. De igual forma me asalto la curiosidad pues no lograba entender como una persona carente de credenciales legales podia aseverar en publico, con gran desfachatez, que tal era su condición. La demanda nunca prospero, ni siquiera fue presentada por Golinger.
No cese en mi empeño y continué indagando. Descubrí entonces que Golinger presento el examen del BAR de Nueva York (abogacía) en Febrero del 2004, aun cuando en el 2003 habia cobrado honorarios profesionales como abogado. De hecho de acuerdo a información publicada en el directorio de abogados del estado de Nueva York Eva Golinger fue admitida en el 2005. La única excepción que podría escudar legalmente a Golinger por haber aceptado aquellos pagos en el 2003 es que dicha asesoría hubiera sido hecha bajo la supervisión y responsabilidad de un abogado colegiado, la identidad del cual esta por establecerse.
Eva Golinger alego, en reiteradas oportunidades, que tenia una década trabajando en el ámbito legal (inmigración) y que poseía todas las credenciales para tal fin. Sin embargo luego de consultar con la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA en lo sucesivo) cuerpo al cual Golinger decía pertenecer como "miembro firme", descubrí que tampoco existían registros de su persona en esa asociación. Esto motivo a Diane Kolbe de AILA a solicitar a Eva Golinger la inmediata remoción de afirmaciones en tal sentido publicadas en su pagina de Internet http://www.evagolinger.com. Curiosamente toda referencia a Eva Golinger, publicada en el portal de Internet del escritorio de abogados de inmigración de su madre (Elizabeth Calderón http://www.calderonlaw.com), fue igualmente eliminada hace pocos días.
Pero aun hay mas. Eva Golinger registro en el estado de Nueva York una organización sin fines de lucro llamada Comité de Solidaridad con Venezuela (VSC en lo sucesivo). Dicha ONG financiaba, según admisión de Golinger, los gastos de mantenimiento del portal de Internet http://www.venezuelafoia.info. En dicho portal se solicitaban donaciones y/o contribuciones que estarían exentas del pago de impuesto sobre la renta debido a un estatus tributario conocido como 501(c)(3) que es otorgado por el Servicio de Impuesto de los Estados Unidos (IRS en lo sucesivo) a ONGs de carácter no político que así lo soliciten. Toda persona dispuesta a donar fondos a ONGs que afirmen tener tal estatus puede consultar el registro de ONGs del IRS y así constatar si ciertamente donaciones hechas estarán exentas de pago de impuesto. Luego de consultar el registro quedo establecido que la VSC de Golinger no posee estatus 501(c) (3). Se le envió una carta al IRS solicitando confirmación de tal sospecha y la respuesta fue "no existen records de la VSC". Solicitar fondos del publico mediante falsos testimonios es delito. Por ello el IRS ha sido apropiadamente informado de esta situación irregular en la que tanto Eva Golinger como su ONG se ven envueltas. De mas esta decir que toda evidencia relacionada con donaciones y afirmaciones sobre el falso estatus tributario de la VSC ha sido removido del portal http://www.venezuelafoia.info que ha sido totalmente modificado en los últimos días. Es menester informar que los detalles de la persona que registro dicho portal (Jeremy Bigwood) fueron cambiados por aquellos de Eva Golinger.
Es primordial detenerse aquí y recordar que Golinger paso del oscurantismo al olimpo revolucionario gracias a la publicación de documentos públicos contentivos de información sobre el financiamiento que el Fondo Nacional para la Democracia (NED en lo sucesivo) otorgara a partidos políticos, ONGs y asociaciones civiles de Venezuela. Esta dizque denuncia, basada en documentos públicos, le ha generado excelentes dividendos a Golinger, quien ahora goza de la simpatía y apoyo de Hugo Chávez y otros altos oficiales de gobierno.
Mis denuncias en ese sentido han reactivado la ira de Golinger y sus convives. He recibido de ella en particular dos mensajes en los últimos días en los cuales, entre otras cosas, figuran frases tales como "el hecho que no tengas nada que mostrar en esta vida, ni trabajo decente ni profesión, no significa que todos somos tan ineptos como tu… tu no eres mas que un resentido de poca monta… eres un individuo despreciable y asqueroso…siento pena por tus hijos por tener un padre resentido, malhumorado y podrido…" (sic). Estos mensajes, que han sido convenientemente publicados en otras páginas propagandísticas del régimen, no hacen sino evidenciar una vez mas el profundo desprecio que los gobernantes y sus agentes sienten para con personas humildes.
Lo que extraña es que ninguna de las denuncias hechas por mi han sido refutadas ni por Golinger ni por sus amigos chavistas. Al contrario han estado dedicados febrilmente a borrar todo indicio incriminador en la fútil creencia que se le ha escapado a uno el salvaguardar evidencia que, dicho sea, gustoso presentare a quien la solicite.
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