Venezuela: visita de Rodríguez Zapatero y Lagos
por Ismael Pérez Vigil | Politólogo
Martes, 22 de marzo de 2005 | Entre las cualidades carismáticas del Presidente Chávez Frías esta el don del mimetismo político: Esa capacidad que tienen los políticos de raza de adaptarse como viscoso protoplasma al recipiente que los contiene y que —en el caso de Chávez Frías— se pone de manifiesto cuando viaja al exterior. Allí desgrana sus dotes de orador de feria y de encantador itinerante y fascina a su auditorio. ¿Cómo no va a fascinar un “líder” del exótico tercer mundo, que se define como socialista, pero socialista nuevo, de una especie aun no conocida, y que se ha convertido en campeón de los pobres de su país? Mucho más si repite hasta el cansancio, avalado por conspicuos testigos internacionales, que afirman que sus electores lo “adoran” y que lo han sostenido en el poder desde hace seis años a base de procesos electorales.
Pocos saben —o quieren saber— que esos procesos electorales son cada vez de concurrencia más exigua y cuando por esfuerzo de la oposición son más concurridos, sus resultados están amañados por las autoridades electorales, totalmente sumisas y sesgadas a los designios del régimen. También se ignora, convenientemente, que durante los seis años de Gobierno, a pesar de contar con los ingresos petroleros más fabulosos de la historia, el costo de la canasta alimentaria sobrepasa los 275$ dólares por mes, mientras que el salario mínimo no llega a los 150$; que la pobreza es hoy mayor que hace seis años y que llega al 60% de la población y la pobreza extrema ya pasa del 28%. Que el desempleo ha aumentado y el subempleo o empleo informal se ha disparado, llegando a representar más del 60% de la fuerza laboral; que la inflación se ha mantenido en estos seis años por encima de un criminal 20% y que la moneda se ha devaluado en mas del 400%.
Lo paradójico es que mientras el Presidente pronuncia arengas y encendidos discursos en contra del imperialismo norteamericano, su Gobierno —que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda— hace fabulosos negocios con las empresas trasnacionales, responsables hoy del 50% del petróleo que se extrae en el país. Nunca como antes, desde la nacionalización de la industria petrolera en 1975, habíamos dependido tanto del petróleo y de las empresas petroleras como dependemos hoy. Pero eso no es lo mas “curioso” del anti imperialismo a la Chávez Frías; lo más curioso es la conducta imperial que Venezuela despliega hacia los países centroamericanos y caribeños que se atreven a considerar o conceder asilo a los perseguidos políticos en Venezuela. Que lo digan si países como Republica Dominicana, Costa Rica o El Salvador, por sólo mencionar a los que han recibido las amenazas de manera directa.
Como parte de la estrategia internacional de Chávez Frías, próximamente nos visitaran los Presidentes de España y de Chile; representantes de dos naciones que son paradigmas de desarrollo y ejemplos de democracia. No sólo eso, para nosotros representan mucho más, son dos países cuyos nacionales vinieron y por años vivieron como hermanos, hijos y padres entre nosotros, unos huyendo del hambre y la miseria de post guerra y otros escapando de quienes los perseguían con saña por sus ideas.
Inmigrantes vascos, canarios, catalanes y gallegos —por sólo mencionar algunas de provincias con inmigración más numerosa— se integraron con el sudor de su trabajo a engrandecer este país. Se metieron por todos los rincones de Venezuela, cultivaron la tierra, se dedicaron al comercio y a la industria, nos enseñaron oficios y junto con colombianos, italianos y portugueses, otras tres colonias muy numerosas, poblaron de trabajo y esperanza estas tierras. De la primera oleada de post guerra, como olvidar a intelectuales de la calidad de Juan David García Bacca, Ángel Rosenblat, Manual García Pelayo, Federico Ríu, Guillermo Pérez Enciso, Pedro Grases, Augusto Pi Sunyer, José Royo y Gómez, Pedro Bargallo Corvillo, Félix Cardona Puig y tantos otros que se me escapan y a los que debemos buena parte de nuestro desarrollo cultural y humanista. Una parte se la devolvimos en obras científicas, culturales, filosóficas y literarias, escritas al calor del exilio y del trabajo profundo, al calor de la discusión de las ideas en libertad o cuando Manuel García Pelayo nos dejó, después de nutrirnos y nutrirse, para ir a presidir las Cortes Españolas que dieron a luz la Constitución, hoy vigente en ese País.
Nuestro intercambio cultural con Chile ha sido mucho menor, pero como olvidar a Don Andrés Bello, primer humanista del continente, quien habiendo nacido en Caracas murió en Chile, en donde fue Senador, fundador de su Universidad y redactor de su Código Civil. Pero como olvidar a tantos exilados de izquierda, social demócratas o demócrata cristianos, liberales, profesores universitarios, profesionales, que se involucraron con nosotros, en nuestras universidades y actividades sociales y políticas y ayudaron a modernizar a la Venezuela de los años setenta, indigestada con recursos petroleros.
El intercambio con España y Chile siempre fue un toma y dame, en fechas más recientes —sin necesidad de remontarnos a la época independentista o a finales de la Guerra Mundial— a nacionales de ambos países los ayudaron en su desventura del exilio los gobernantes de los partidos socialdemócratas y demócrata cristianos que por años nos gobernaron; si, esos mismos partidos de “oligarcas” y “corruptos” de los que hoy reniegan o se burlan, pero que en el pasado no muy lejano fueron muy útiles para apoyar al PSOE de España y al Partido Socialista de Chile, por sólo nombrar a los dos que hoy gobiernan en sus respectivos países. Todavía hoy recordamos la anécdota de Felipe González, inesperado pasajero en el avión presidencial de Carlos Andrés Pérez y llevado de la mano de este delante del Rey Juan Carlos. Como olvidar a Diego Arría, en aquel entonces Gobernador o Ministro activo del Gobierno venezolano, haciendo un alto en sus funciones para ir personalmente a Chile a sacar de la cárcel y llevarse al exilio a Orlando Letelier, ex Canciller de Allende, miembro del mismo partido en el que milita Ricardo Lagos.
Hoy en día el espíritu “práctico” gobierna las relaciones internacionales. Negocios son negocios, dicen algunos, y tras la llamada “realpolitik” —eufemismo tras el cual se esconde las alianzas y negocios sin atender a principios— se admite cualquier negociación. Sin duda debe ser un buen negocio para Rodríguez Zapatero vender armamento o unos cuantos barcos, que seguramente harán mucho bien a los astilleros españoles, prácticamente quebrados; ni que decir que su deber es proteger las inversiones españolas en turismo, banca, negocios petroleros y telefonía. Eso no puede ser criticado.
La actitud de Rodríguez Zapatero no sólo la debemos entender en el contexto de los negocios que España tiene en Venezuela; también la podemos entender como una forma “barata” de diferenciarse de la política exterior de su antecesor hacia Washington. ¿Qué mejor que aparecer sonriente en visita de Estado junto con el “líder” sub continental indiscutible del anti imperialismo norteamericano? También podemos entender —en su muy peculiar contexto y sin calificar como ya las calificara la prensa ibérica— las “moratinadas” del Canciller Español y sus declaraciones ante el parlamento, tratando de explicar lo que ni siquiera aquí hemos logrado entender. Pero lo incomprensible es que el embajador de España en Venezuela, Raúl Morodo Leoncio, aparezca en eventos que son de claro tinte político, luciendo una gorra de las “Misiones”, programas de innegable corte populista y político del régimen de Chávez Frías. Eso esta mucho más allá del “decoro diplomático”.
Tampoco puede ser criticado Ricardo Lagos por venir a agradecer personalmente el apoyo que Venezuela da a las aspiraciones del Canciller Chileno, José Miguel Insulza, para presidir la maltrecha Organización de Estados Americanos; ni que aproveche la visita para normalizar las relaciones, muy deterioradas a raíz de la intervención de Chávez Frías a favor de Bolivia y su salida al mar, en el conflicto histórico entre Bolivia y Chile; y por supuesto tampoco se puede censurar que aproveche para realizar algunos negocios adicionales, ahora que el Presidente Chávez Frías parece dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de conseguir palestra internacional como líder anti imperialista.
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