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Carta Abierta al Presidente y Canciller de la República de El Salvador

Por Dr. Román J. Duque Corredor

Caracas, 4 de diciembre de 2004

Señores Presidente y Canciller de la República de El Salvador

San Salvador

Excelentisimos Señores:

Con el rigor de estílo y el debido respeto elevo a ustedes mi más sentida protesta y presento un reclamo, como ciudadano venezolano y latinoamericano, por el tratamiento y el procedimiento utilizado por su Gobierno ante la solicitud de asilo que fuera formulada por los Ex Comisarios Vivas y Forero.

En primer lugar, no es cierto que sobre estos servidores públicos existía una decisisón judicial de privación de su libertad y mucho menos una condena. Por el contrario, a raíz de las últimas elecciones y después que habian dejado sus cargos en la Alcaldía Metropolitana se había anunciado que iban ser imputados por hechos sucedidos el 11 de abril de 2002, cuyo contenido político es incuestionable. Además, sólo despues de días de su entrega por el Gobierno Salvadoreño a las autoridades policiales venezolanas, fue cuando se acordó su detención. En segundo lugar, aún en ese caso el asilo se justifica por razones humanitarias. En tercer lugar, atenta contra la universalidad de los derechos humanos si la protección del asilo es negada a personas que no sólo no cuentan con la protección de su Estado , sino que son perseguidas y violentadas por éste. A su Gobierno le hubiera bastado consultar los Informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos , de la Comisión Internacional de Juristas y de Human Rights Watch y de Facultades de Derecho venezolanas, sobre el estado de los derechos humanos en Venezuela y acerca de la desprotección de estos derechos por las instituciones públicas y judiciales , para concluir objetivamente sobre la situación de indefensión de estos ciudadanos. En cuarto lugar, el asilo es hoy día, según el derecho internacional e interamericano de los derechos humanos, un derecho de las personas y no un privilegio de los Estados que éstos pueden negar injustamente escudandose en su soberanía para permitir violaciones a la dignidad humana. En quinto lugar, los países verdaderamente democraticos han de practicar una política de asilo cónsona con su discurso sobre el reconocimiento universal de los derechos humanos. De modo que que no pueden negar el asilo a quienes tengan que salir de sus países por motivo de persecuciones póliticas o ideológicas, y, como en el caso concreto de los Ex Comisarios Vivas y Forero, porque se consideran desprotegidos e indefensos en su páis. Su Gobierno olvidó que en el derecho internacional de los derechos humanos todo individuo tiene derecho de abandonar cualquier país, incluyendo el suyo, si se sienten violentados en sus derechos fundamentales. En sexto lugar, su Gobierno actúo parcializadamente al negarse a recibir a los familiares de los Ex-Comisarios Vivas y Forero y al Comisionado de Derechos Humanos de la Conferencia Episcopal Venezolana y a acreditados voceros de organismos no gubernamentales y apolíticos defensores de estos derechos, a quienes no se trató ni siquiera con el respeto debido a sus personas y a las instituciones que representan. En séptimo lugar, la negativa de asilo a los Ex -Comisarios Vivas y Forero, sienta un nefásto precedente para la eficacia del sistema interamericano de protección de los derechos humanos. Y, en octavo lugar, por lo no convincente de la justificación de su Gobierno al negar la solicitud de asilo, en el presente caso fueron preminentes la protección sus intereses geopolíticos y económicos , que el carácter universal e indivisible de los derechos humanos que´protegía a los Ex-Comisarios Vivas y Forero como ciudadanos latinoamericanos.

Por otra parte, la negativa de su Gobierno de recococer y otorgar asilo a los Ex - Comisarios Vivas y Forero, es una inconsecuencia con la actitud de gobiernos democráticos venezolanos que no dudaron en reconocer ese mismo derecho a ciudadanos salvadoreños que se encontraban en situaciones parecidas de desprotección e indefensión por motivos de la persecución política , fruto de la intolerancia y el autoritarismo, que afectó a su páis y que encontraron en la representación diplomática venezolana y en Venezuela la protección que no les daba el Estado salvadoreño; a riesgo incluso de la propia integridad de nuestros Embajadores y de su familias. E, igualmente, la protección que otorga el derecho de asilo no puede sustituirse mediante actas de garantías de otros gobiernos, como lo hizo el Gobierno Salvadoreño; que constiuye la mejor prueba que en verdad ese Gobierno consideró riesgosa la situación en que se encontraban los Ex - Comisarios Vivas y Forero. Si no era cierto que se temía por la violación de sus derechos humanos, ¿ por qué su Gobierno tuvo que buscar garantes de su protección al entregarlos a las autoridades venezolanas ?.

Les hago el presente reclamo con fundamento en el derecho que tiene toda persona de someter quejas y reclamos sobre violaciones de derechos humanos a las respectivas instancias administrativas y a ser atendido en los términos previstos en las legislaciones nacionales, como lo reconocen los instrumentos de derechos humanos.

De ustedes, con todo respeto, quedo atentamente,

Dr. Román J. Duque Corredor

Ex- Magistrado de la Corte Suprema de Justicia de la República de Venezuela

Individuo de Número de la Academía de Ciencias Políticas y Sociales.

Miembro de la Comisión Andina de Juristas

Profesor de Derecho Constitucional de Postgrado de la Universidad Católica Andrés Bello

Exprofesor de la Universidad Central de Venezuela

Miembro del Directorio del Capitulo Venezolano del Instituto Latinoamericano del Ombusman



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