El lacayo de Castro se mofa de España en España
Luis María ANSON de la Real Academia Española
26.11.04 | ¿Adónde vamos a llegar? ¿Hasta qué punto está dispuesto el Gobierno a que se pisotee la dignidad nacional por un bufón acogido a la hospitalidad española? ¿No ha enrojecido de vergüenza el señor Rodríguez Zapatero ante el espectáculo que el conocido golpista venezolano coronel Chávez -«golpista por los votos o por las botas», Felipe González dixit- ha dado en nuestra nación?
Tras la colosal trampa de un referéndum amañado por los expertos de Fidel Castro, Chávez se ha presentado en España para enseñorearse de una nación digna como la nuestra. Lo ha hecho al peor estilo bananero. Ha acudido a actos preparados con grupos pagados y amaestrados para que le aclamaran como caudillo caribeño. Ha interferido con toda desfachatez en la política interior de España y el ministro Moratinos ha cometido el desatino de jalearle. Ha ninguneado a los empresarios y los ha ofendido con su desprecio. Ha regado de promesas de petróleo los oídos del Gobierno español con alardeos de nuevo rico. Se ha mofado, en fin, de la dignidad nacional con injerencias continuas en el quehacer de nuestros partidos, en favor de Zapatero y en contra de Aznar.
Chávez no es otra cosa que un golpista grotesco, además de un lacayo de Castro. El dictador cubano le controla, le dirige, le manipula, le cubre de asesores y de votantes fraudulentos y le explica las trampas totalitarias. Le ha enseñado, en fin, a mantenerse en el poder por encima de todas las cosas. El caudillo venezolano es además un bufón en sus gestos, sus palabras, sus actitudes, su forma de comportarse. Da vergüenza ajena verle actuar, alepori, que dicen que decía Eugenio D'Ors.
A este siervo genuflexo ante el tirano Castro se le ha permitido durante unos días desplegar todas sus zafiedades en España y cachondearse a mandíbula batiente de nuestra nación. Zapatero y Moratinos nos están situando internacionalmente al nivel de repúblicas bananeras ante el estupor de Europa y la sonrisa de Estados Unidos. Tras visitar España, en fin, el caudillo venezolano se ha trasladado a esa nación paradigma de la democracia pluralista y del desarrollo cultural y económico que es Libia.
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