Venezuela: Las finanzas de Tobias NObrega
Por Teodoro Petkoff, Editorial del Diario Tal Cual
LUNES 19 de Julio de 2004 | 1 - Chávez casi nunca se refiere al tema de la corrupción administrativa y cuando lo hace es para negar la de su gobierno y para retar a discutir el tema desde 1958 para acá (un comprensible acto fallido le hace excluir la etapa perezjimenista). Cuando le hablan de corrupción en su gobierno pide pruebas. Bueno, aquí le van las de un caso, uno entre varios, que demuestra el modo como se saquea a la República con un descaro y una impudicia jamás vistos en los anales de este país, que, por lo demás, no ha sido propiamente un dechado de honradez administrativa.
En junio de 2002 (ya era ministro Tobías NObrega), el Ministerio de Finanzas inició las gestiones a fin de adquirir una nueva sede para los programas de postgrado de la Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública-IUT. Tales gestiones culminaron en diciembre de 2002 con la compra de cinco locales en un edificio denominado “Bilbao”, ubicado en la calle 11 de La Urbina, en Petare.
La operación, que tuvo dos etapas, comenzó el 12 de diciembre de 2002 (¡Atención a la fecha!).
Ese día las Administradoras “Renda y Alvarez C.A.”, “Salcedo C.A.”, “Renpuy C.A.” e “Inmobiliaria Renjas C.A.”, todas representadas por su presidente, Ramón Renda, venden a “YAVONCA OFICINA TECNICA C.A.”, representada por su director Ramón Llaneza Fernández, los locales comerciales identificados como PB-2, PB-1, 1A, 2-B y 3-C localizados en el referido edificio “Bilbao”.
YAVONCA pagó literalmente de contado la cantidad de 1 millón 450 mil dólares, que a la tasa de 1.330 de entonces de bolívares/dólar, fueron 1.928 millones 500 mil bolívares.
Once días después, el 23 de diciembre de 2002, YAVONCA vende los mismos inmuebles a “la República Bolivariana de Venezuela, Ministerio de Finanzas por Organo de la Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública Instituto Universitario de Tecnología, representada en este acto por su Director General Omar Enrique Velásquez Alvaray, venezolano (...) portador de la cédula de identidad número V-3.557.512”. La venta, pagada de contado con bonos de Deuda Pública Nacional (DPN), fue pactada en 3.878 millones 750 mil bolívares. ¿Cambiaron apenas en once días las condiciones del mercado inmobiliario en esa zona como para justificar tamaño brinco en el precio? Los autores de este sensacional atraco a las finanzas públicas se habrían embolsillado la bicoca de 1.950 millones 250 mil bolívares, que es la diferencia entre los dos precios. ¿Cuál de las bandas especializadas en el asalto a camiones blindados de transporte de valores ha capturado alguna vez tan suculento botín? (Hay que seguir también la pista de los bonos DPN, porque entregados en pago con descuento, después terminaron adquiridos por el Bandes por su valor facial, es decir, 100% ; de modo que la operación dejó un repele nada despreciable que seguramente fue a parar a las mismas manos.) Los documentos que sustancian esta incalificable operación están a la orden de Hugo Chávez. Si le interesan puede mandar a buscarlos a las oficinas de TalCual. Deberían interesarle. Este “presunto” guiso precedió al también “presunto” de la compra del edificio del Citibank, en abril del 2003, en el cual los involucrados en ese asalto, todos de cuello blanco y corbata, sin capuchas ni granadas o subametralladoras, adquirieron el inmueble para el ministerio en 9,5 millones de dólares a una inmobiliaria que había pagado por él, una semana antes, 4,5 millones de dólares. La operación es tan dudosa que sacó de su sopor hasta a Clodosbaldo Russián (a) El Invisible.
¿Por qué este descaro, esta actuación a la luz el día, a cara descubierta? Porque los atracadores se saben impunes. No toman precauciones porque intuyen que el gobierno nunca hará nada contra ellos. Intuyen que Hugo Chávez, quien conoce perfectamente el expediente del ministro NObrega, no va a tomar medidas contra él porque necesita de su experiencia y destreza financiera. Intuyen que el otrora “contrapoder” José Vicente Rangel ahora callará alcahuetamente. Intuyen que ese infeliz de Russián nunca va a investigar nada y que el fiscal se hará el pendejo. Intuyen que en la Asamblea Nacional cualquier investigación será asfixiada por una mayoría sumisa. Intuyen, pues, en definitiva, que ni siquiera necesitan ser guapos porque se saben más que apoyados.
La República está siendo saqueada de modo nauseabundo y abyecto. Al final del día, si Hugo Chávez no hace nada contra esto, va a terminar siendo responsable de esta marejada de latrocinios.
Los documentos que sustancian esta incalificable operación están a la orden de Hugo Chávez.
Si le interesan puede mandar a buscarlos a las oficinas de TalCual . Deberían interesarle.
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