Venezuela: Las guerras de Hugo Chávez
Editorial El Pais, Cali (13 de mayo)
Las acusaciones contra Colombia, surgidas a partir de la captura de un supuesto contingente de paramilitares, es otra de las tantas guerras desatadas por Hugo Chávez, que le causan grave daño a Venezuela. Aunque su régimen insista en crear cortinas de humo, la verdad se esconde tras la lucha por mantenerse en el poder contra la opinión de la inmensa mayoría de los venezolanos.
El ex coronel golpista es ya célebre por sus promesas incumplidas al pueblo de Venezuela. En medio de la crisis más grande de su dirigencia política, ese pueblo lo eligió como alternativa para recuperar el equilibrio de su Nación por métodos democráticos y pacíficos. Y le entregó su confianza, esperando el cambio que Chávez le prometió.
Pero la decepción ha sido enorme. Hoy, Venezuela es una Nación fragmentada, cuyo gobierno ha dilapidado la bonanza más grande y prolongada del petróleo, su principal riqueza. El Estado se ha convertido en botín del absolutismo alimentado por la compra de conciencias. Y su economía naufraga en la corrupción y la ineptitud de un régimen cuyo objetivo es mantener a toda costa el poder.
De ahí han surgido múltiples formas de inconformidad que se expresan en movimientos poco democráticos y menos afortunados. Pero el verdaderamente democrático, el referendo revocatorio que pide la oposición, es frustrado de manera descarada por Chávez y sus seguidores, enquistados en todos los estamentos públicos, incluidas las Fuerzas Armadas.
En ese ambiente de tensiones, no es extraño que aparezcan movimientos de resistencia contra Chávez. Totalmente condenables cuando utilizan formas violentas, como parece estar ocurriendo. Sin embargo, y en cambio de escuchar la voz y la inconformidad de su pueblo, el Presidente utiliza cada movimiento para aumentar la tensión, apelando al nacionalismo y la paranoia para tratar de reunir a su alrededor a la fraccionada sociedad venezolana.
El caso de los detenidos en Caracas es muy grave. Pero tiene los elementos para que los mismos venezolanos lo consideren como un montaje, que desplaza la atención sobre el referendo revocatorio y las maniobras del Gobierno por impedirlo. Sin embargo, lo que se debería esperar es una actitud seria para descubrir la verdad. Algo que no parece estar en el libreto de Chávez, quien ya anuncia una conspiración internacional, encabezada desde Colombia.
Aunque el presidente Uribe condenó los hechos y definió la posición de nuestro país, las manipulaciones de su colega venezolano están llevando las relaciones bilaterales a una situación de riesgo que no tiene lógica. Y ante la cual se debe estar alerta, porque no podemos caer en la trampa de las guerras que inventa Chávez para tratar de encubrir el fracaso de su gestión como gobernante.
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