Venezuela: mató un cubano al soldado Pedreáñez?
Por Jose Manuel Arregui
Bueno, al fin se está comenzando a levantar la alfombra y nos estamos encontrando con lo que sabíamos nos íbamos a encontrar, mucha basura. Como seguramente todos saben ya, Angel Ciro Pedreáñez falleció ayer al mediodía por un supuesto infarto. Afortunadamente antes de morir -el día anterior- sostuvo una conversación con su abogado en la cual reveló lo que había pasado y fue debidamente grabada: los quemaron con un lanzallamas.
Esta noche hemos tenido una conversación en casa sobre algo que deja mucho a la imaginación: el manto de misterio que el gobierno, desde el presidente hasta el comandante de la guarnición pasando por el comandante general del ejército Raúl Baduel, el ministro de la defensa García Carneiro, el de información Jesse Chacón, y todos los medios de prensa oficiales han tratado de tender. Conversábamos sobre el por qué no se trató el asunto con la debida transparencia ante lo que parecía ser un acto criminal. Yo tengo dos teorías: en primer lugar, por el salvajismo del acto mismo que revela la clase de militares que tenemos y la crueldad y falta de humanidad que tienen, y en segundo lugar por no revelar el causante.
Hace unos días yo les comentaba tocando este punto que ningún militar de alto nivel se echa el ganso de pasar por cabrón de un soldadito criminal cuando al señalar su autoría limpiaría la cara de la milicia y la suya propia. Unos días después de ese comentario justamente se supo que un par de sub tenientes habían asesinado a otro soldado en Casigua El Cubo en un fuerte fronterizo al reventarlo a coñazos y ahogarlo en un pozo séptico. En ese caso, todo fue revelado con prontitud, al par de asesinos de inmediato los metieron en un calabozo y a juicio criminal por asesinato, y colorín colorado, muestran la presteza de justicia militar y su eficiencia en la que "no tienen nada que ocultar".
Sin embargo, aqui nos encontramos con un incendio de una fuerza inmanejable producido en forma súbita a mitad de la noche -1:20 a.m.-, en la que extrañamente los 8 soldados, en una celda donde hay unas cuantas literas con sólo unas colchonetitas de goma espuma encima por el calor tan cabrón del sitio, en una situación de castigo disciplinario en las que no les dejan ni las trenzas de sus zapatos, y mucho menos cerillas, yesqueros o cualquier otra cosa que signifique un riesgo para sus vidas, resultan gravísimamente quemados TODOS sólo de la cintura para arriba, para abajo no, para arriba. Resultaba incomprensible y además indigerible para la mayoría de la gente con un mínimo de juicio, que no lográbamos comprender cómo fue que con una supuesta colilla encendida dejada por un soldado dormido -fue la razón que dio el comandante general de la guarnición, un Gral llamado Wilfredo Silva, incondicional de Chávez- se causase una tromba de fuego, una tea de unas dimensiones tales que incendiara los cuerpos de 8 soldados, y ese es un punto muy importante: 8 soldados, no uno al que lo sorprendió el fuego a mitad de la noche, no, 8, que nada pudieron hacer para salvarse.
Pues bien, esto nos lleva al segundo punto una vez que ya fue revelado por el hoy fallecido Pedreáñez que en efecto los quemaron con un lanzallamas, y ese punto es ¿a quién encubre el gobierno? -todos los antes mencionados-, por qué el gobierno se ha cerrado a cal y canto en ese aspecto? a mí me caben dos razones: que el que lo hizo es de un altísimo nivel y conocedor de demasiadas cosas y por esa razón lo encubren a como dé lugar, o fue alguien que de ninguna manera se debe saber oficialmente que estaba allí. Pensando sobre ambos puntos, llego a la conclusión de que si fuera la primera razón, en esa guarnición el militar de más alto rango es Wilfredo Silva, y cuáles podrían ser sus conocimientos que pueden apretar las bolas al más alto gobierno? Sin respuesta. La segunda es quién podría ser que no debe saberse de ninguna manera que estaba allí y que hizo lo que hizo? Qué tal un militar cubano?.
Lo sabremos, por más que traten de ocultar estos crímenes, saldrá a flote. Parece que un tercer soldado de aquellos que de inmediato se trajeron al Hospital Militar en Caracas para encerrarlos en impedir que declaren, está cercano a la muerte en terapia intensiva también, y pinta que por más que García Carneiro haya amenazado a los médicos con joderlos si se les muere, parece que nuevamente madre natura tendrá la última palabra. Quiera Dios que no, no vaya a ser que también a este joven le dé un infarto como a los otros dos.
Lo sabremos, todo saldrá a la luz.
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