Francisco Carrasquero: El Barroco Maracucho
por Luis DE LION
Lunes, 26 ene 2004 - El teatro barroco se caracteriza por romper con las reglas clásicas de espacio y tiempo, es ambiguo y espectacular. Y el maracucho, si bien todos llevamos un maracuchito por dentro, hay quienes son demasiado maracuchos, tal es el caso del doctor Francisco Carrasquero presidente del CNE. Personaje que en pocos meses, nos ha obsequiado grandes representaciones del más puro estilo barroco maracucho.
Pero, los venezolanos están en estos días pendientes de otra cosa. Y el presidente del CNE pareciera no entender cual es su función.
Antes, debo recordar que no es mi estilo cogerla con los personajes políticos, ni caricaturizarlos. Ustedes me dirán que son los políticos los que se burlan de nosotros y de las instituciones que presiden, tienen ustedes razón, pero ese es problema de ellos. Nuestro papel es otro.
Ahora bien, en el caso del Dr. Carrasquero, a quien he estado observando y escuchando, intuyo en él una gran falta de pericia y obviamente de experiencia en materia electoral, que sin duda lo convierten en un incompetente para el alto cargo que ejerce -escogido casualmente por otro representante del barroco maracucho -. Sin menospreciar la opinión de quienes dan fe de su probidad como abogado y profesor de derecho; es cierto que, el pragmatismo jurídico es un buen carburante para el ejercicio de su cargo, pero no lo es todo, hay que también tener sagacidad política.
Igualmente, he observado que el presidente Carrasquero tiene graves problemas de comunicación, no es que hable mal, sino que le cuesta hacer pasar su mensaje. Desde su primera rueda prensa, cuando apenas asumió el cargo, quedó evidente. Comunicar no es una tarea fácil, y visto como al Dr. Carrasquero le gustan las cámaras y los micrófonos, no debería tomarlos a la ligera. Le propondría que hiciera un ayuno de medios, para que guarde energías y tiempo, que le serán muy útiles para que se concentre en lo que realmente son sus atribuciones y sus obligaciones; al mismo tiempo que le serviría para poner orden en sus propias ideas y orden dentro del mismo CNE, donde como diría Manuel Malaver, parece que le están jugando “quiquiriguique”.
Debe tener presente, que los venezolanos no somos ni sus alumnos, ni sus empleados. Resulta que es todo lo contrario, el que está aprendiendo aquí es usted, al tiempo que es el empleado de todos nosotros. Deje de hablarnos golpeado, que las vainas no son así, como usted cree. Aterrice, y asuma que puede usted muy bien conducirnos hacia una catástrofe político-social, de consecuencias dramáticas. No sea irresponsable, y si a usted le parece que la presidencia del CNE, es mucho camisón para Petra, entonces tenga usted el coraje de renunciar.
Necesitamos de usted, que nos de respuestas y garantías de fondo, en cuanto al revocatorio; nadie le está pidiendo un contrapunteo público con sus colegas de directorio.
El barroco maracucho es algo que le queda bien a Lila Morillo y a Lupita Ferrer, no a usted doctor Carrasquero.
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