HUGO CHAVEZ “EL TERAPEUTA”
Leroy Garrett
Houston, 24 de diciembre de 2003 - En estos tiempos venezolanos de tanta incertidumbre y odio e igualmente intensos en su lucha por las garantías ciudadanas y las libertades publicas, es prudente recordar a las personas de pensamiento, a aquellos que de una manera u otra sistematizaron escudriñaron nuestro acontecer histórico, que pudieron hacerlo libre de las ataduras de los afectos, las pasiones y los favoritismos generacionales, en alguna oportunidad el Expresidente Ramón J Velásquez nos dijo que la mejor historia se hace luego de 100 anos de ocurridos el los hechos, objeto de análisis, la afirmación del celebre cronista venezolano es acertada y lógica.
Un historiador que de manera protagónica nos acompaño en el siglo XX fue Francisco Herrara Luque; dotado de una inmensa tradición histórica oral proveniente de su ancestro caraqueño, y dotado de una comprensión humana universal devenida de su preparación como psiquiatra; Herrera en sus ensayos y narraciones nos señalo al unísono nuestras virtudes y declinaciones.
Pero, intentemos quitarnos el peso afectivo de la época que se cierra en el personaje que actualmente ocupa la Presidencia de Venezuela, tratemos de olvidar, de no emitir juicios, de tratar de verlo tan remoto como a Boves o Monteverde, y tratemos de sacar conclusiones. Veamos, ningún proceso histórico es “dulce”, armónico o estructurado, todo lo contrario, son épocas que causan incertidumbre, algunas se acunan en el odio, básicamente por su carencia de interpretación, o por su excesiva ideologización y repudio de la comprensión de situaciones objetivas que acerquen a la sociedad y sus intereses a establecer conclusiones y acuerdos, las partes en pugna están, si es posible, blindadas a cualquier cotejo futuro, de allí esa sensación de naufragio y Apocalipsis que generalmente causan esas etapas en su presente. Pero es imperativo interpretar esas épocas, si los españoles hubieran hecho el esfuerzo de recordar el proceso de unidad nacional que genero la intervención de Napoleón un siglo antes, mucho se habría salvado un siglo después del abismo de la guerra civil. Por eso los venezolanos debemos interpretar lo que vivimos, o lo que Chávez desnudo de su retórica y de los sentimientos que genera, realmente representa.
Herrera Luque nos enseño a sistematizar nuestro devenir histórico en ciclos, representados en cambios sustanciales o pasos adelante que daría la Nación en un determinado momento, tomando como referencia al gobernante del momento, independientemente si los cambios se producían a su voluntad o por su omisión; por eso adjudica en Páez nuestra consolidación nacional, en Guzmán un avance institucional pero comprometido desde entonces con la consolidación de la corrupción administrativa, Gómez abre el País a quienes nunca lo manejaron (Los Andinos) crea el ejercito y la Venezuela petrolera, y en lo político social con la ‘generacion del 28” nace una nueva forma de administrar el país, donde la política se maneja por los partidos, y el poder es legitimado por medio del voto, Betancourt “es el partero de la clase media”. Pero que representaría Chávez?
El avance social de Venezuela, a pesar de los indicadores de pobreza que generaron las condiciones para que el actual gobierno accediera al poder, esta absolutamente comprometido con los procesos de participación ciudadanos característicos de un régimen democrático.
Chávez es una etapa para Venezuela que podríamos bautizar “retrograda-reafirmante”. Su propuesta nacional de hegemonía personal-grupal va en contra de las aspiraciones de las mayorías nacionales. Chávez representa todo lo que fue parte de la sociedad venezolana y que esta repudia en lo profundo de su “ADN-SOCIAL”: El autoritarismo, la anarquía, el retorno hacia la montonera y el conuco, la impunidad, el irrespeto a la propiedad, el atropello a la libertad de prensa y a las garantías ciudadanas, su fabulada narración de nuestros valores y pasado histórico la indiferencia a la productividad y calidad de vida, la entrega de las riquezas, su indiferencia anti-nacionalista y su entreguismo hacia intereses e intervención de naciones ajenas a los intereses nacionales, hacen del tiempo histórico que ha encarnado el ExParacaidista, una respuesta de reafirmación democrática los valores cívicos de la sociedad venezolana, su compromiso con la democracia. Igualmente se le atribuirá el parto de la nueva generación de políticos y servidores nacionales que por su cantidad y preparación no tiene precedentes en la historia nacional: La Gente del Petróleo.
Su tragedia personal, se centrara en la conclusión de que todo lo que este personaje Sui Generis, por virtud de la carambola del poder quiso que dejáramos de ser. Gracias a su “terapia” los venezolanos reafirmamos lo que somos.send this article to a friend >>